Iagovar

Mitigación de riesgos en oficinas con respecto al COVID-19

Una pequeña recopilación de riesgos presentes en oficinas para el COVID-19, y cómo mitigarlos.

(Actualizado 11/03/2020)

Bueno, supongo que igual que yo, muchos de vosotros trabajaréis en una oficina. Existen numerosas recomendaciones de carácter individual, como no darse la mano, lavarse las manos bien y de forma muy frecuente, no tocarse la cara, evitar estornudar sobre las manos, y cubriéndose con el codo, etc, además de una vaga guía del Ministerio de Sanidad. Una de las referencias que he incluído [4] contiene más información útil para las empresas al respecto.

Sin embargo, existen otros riesgos que no parecen haberse mencionado, y que las empresas pueden mitigar sin costes muy elevados. Hablemos de ellos.

Este artículo está pensado para un escenario dónde:

  1. No se dispone de una vacuna en el corto plazo, o esta no se puede administrar de forma masiva.

  2. Otros factores exógenos a la empresa, como altas temperaturas, medidas de las administraciones públicas como cuarentenas, restricciones de circulación, etc, tienen un efecto limitado en la reducción del ratio de propagación del virus.

  3. No es posible que los empleados, o la mayoría de ellos, trabajen desde casa.

Riesgos

Fuente de la imagen

Cómo mitigar estos riesgos

Actualización: Mientras hay escasez de mascarillas, recomiendo valorar la fabricación casera de mascarillas para evitar la propagación de gotículas. Este es un ejemplo de cómo fabricarlas, diseñado por la Universidad de Hong Kong y el hospital de Shenzen, argumentando que tiene aproximadamente el 90% de la capacidad de filtrado de una mascarilla quirúrgica. Aquí un estudio sobre distintos materiales, para filtrado y comfort.

Dificultades añadidas que deben valorar las empresas

Es posible que muchos empleados muestren resistencia a tomar medidas, y que sea necesario adoptar una actitud expeditiva. Se ha de contar, desde el inicio, con la posibilidad de que haya un porcentaje no despreciable de empleados que no se muestren colaborativos.

Teniendo en cuenta que muchas empresas tienen una plantilla notablemente envejecida, y que es bastante probable que empleados que se puedan considerar clave tengan alrededor de 45 años, el riesgo no es despreciable. Hay que tener en cuenta que puede pasar una semana entre que un empleado es portador, y se percata de que está infectado. Aunque la empresa sea proactiva con las cuarentenas individuales y el empleado llame pronto a los servicios de salud, este empleado podría ya haber contagiado a otros.

Aunque en epidemiología se usan modelos derivados del SIR [9] para hacer predicciones, podemos usar una simple función logística [10] para hacernos una idea (insisto en lo de simple) de lo que puede suceder.

Asumamos que tenemos una oficina con 100 empleados donde no se han tomado medidas, y los empleados no llevan una higiene diferente a la que llevarían en cualquier otra circunstancia. Asumamos también como cierta que R0 (el ratio de propagación) es efectivamente 1.4, es decir, cada infectado puede propagar la enfermedad a 1.4 personas más, y que durante 4.8 días (pongamos 5) no muestra síntomas [2]. A falta de mejores fuentes, usaremos como ratio de Hospitalización el que reporta World-O-Meter como casos graves o críticos para Italia, del 10% aprox, [10], y asumir que el 40% de los infectados estarán de baja. Esta última cifra me la invento, pero tampoco me parece descabellada dada la situación.

Este sería el aspecto de nuestra función:

Es decir, de aparecer el día 7, en una semana estaría toda la oficina infectada, en diez días habría 40 personas de baja y 10 hospitalizadas.

Naturalmente, en el mundo real, hay muchos otros factores que no estamos incluyendo, los números cambiarían, y no estamos teniendo en cuenta tampoco a aquellos que se recuperan, lógicamente nadie va a estar infectado, hospitalizado, ni de baja indefinidamente, pero creo que ves por dónde va esto. No es una broma. Hay que tratar de ralentizar el contagio todo lo que sea posible, hasta que tengamos una vacuna efectiva y por lo menos nuestro sistema sanitario pueda ir lidiando con la enfermedad poco a poco, sin colpasar los hospitales.

No hace falta decir, tampoco, que si otras empresas no toman medidas, la probabilidad de que aparezca un empleado infectado en esta es mayor. Las vacunas, las mascarillas y las medidas de higiene tienen como objetivo reducir el ratio de contagio. Si se consigue que ese ratio sea, sostenido en el tiempo, menor que 1, entonces la propagación acabará por detenerse. Ese debe ser el objetivo, no sólo de nuestras empresas, sino de toda la sociedad.

Referencias

[1] https://www.nejm.org/doi/full/10.1056/NEJMc2001468

[2] https://www.biorxiv.org/content/10.1101/2020.01.25.919787v1

[3] https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1201971220300916

[4] https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3549276

[5] https://www.journalofhospitalinfection.com/article/S0195-6701(20)30046-3/pdf

[6] https://www.cdc.gov/niosh/npptl/pdfs/UnderstandDifferenceInfographic-508.pdf

[7] https://www.cdc.gov/coronavirus/2019-ncov/community/home/cleaning-disinfection.html#disinfect

[8] https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Documento_Control_Infeccion.pdf

[9] https://en.wikipedia.org/wiki/Compartmental_models_in_epidemiology

[10] https://es.wikipedia.org/wiki/Funci%C3%B3n_log%C3%ADstica

[11] https://www.worldometers.info/coronavirus/country/italy